jueves, 16 de diciembre de 2010

Mi hoja de desperfectos

pido y/o sugiero,




Que se estandarizara la fanta de naranja en los horizontes expropiados de mi ventana.


Y quede un presupuesto para obras de canalización en cada una de tus sonrisas.


Que se indique con exactitud, donde me queda el corazón y se proceda al trámite de su homologización.


Solicito asimismo, la devolución del interés por compensación de las bocas no encontradas y un tanatorio para los besos terminales.


Urge reparar los cimientos de mis sueños de construcción defectuosa y /o su sustitución por vigas reforzadas con remaches de nuevos futuros, (atendiendo a las especificaciones del fabricante en el diseño).


El compuesto de mi almohada requiere revisión, no me encajan las noches con los días: duermo triste y me despierto feliz.


En el pavimento de mis dudas, solicito un nuevo revestimiento, quizás de adobe por las particularidades higrófilas de absorción.


El muro de carga precisa un refuerzo urgente al peso de las desilusiones y el aislante de tu mirada se ha comprobado insuficiente.


Por otro lado ha de quedar prohibida en la memoria diabética de mi boca el regusto de tu sexo, prefiriendo edulcorantes para equilibrar mi adicción. Solicito se separen los dos átomos de cada una de las moléculas de mis lágrimas en adopción, enviando para su desguace al hidrógeno.


Sugiero quede abolido el trámite administrativo de los silencios y si fuera necesario se declarara el estado de alarma por quince días prorrogables en las autovías de tus deseos.


No quisiera, sin embargo, que tuvieras en cuenta como medida preventiva la eliminación de las causas en origen.


Pues de ellas, vivo.

lunes, 6 de diciembre de 2010

he ido a esperarte.

Hoy te he echado de menos.

En la cola del Carrefour. Y luego he ido a esperarte.
y me he subido a una farola.
Y en la almohada he escrito: te espero.
Sobre un yogur. Te he esperado. Con algo de hambre
y fui a esperarte entre los taxis y sus paradas.
Esperando detrás de los que esperan. Me he pasado la tarde.
En la ventanilla de un cine. Te he esperado
Y esperé espiando las nubes
apoyado sobre un pié.
Te esperaban mis ojos y la ropa que llevaba.
Y hasta las llaves de mi coche te aguardaban.
Mis pestañas en fila han estado esperándote.
En el aeropuerto y algo después en un hospital.
Te he esperado cuando se iba la tarde.
Y luego te he esperado, y hacía frío.
Y luego te esperé y era de noche.
Así de oscuro te he esperado.
He pedido la vez, algo mojado. Porque además llovía.
Por si aparecías.
Firmé un crédito, por esperarte. Esta mañana.
Y te estuve esperando con mis dedos tan enredados.
Esperándote quietecito, como un muerto.
Te esperé sobre los que me miran.
En Pakistán y Albacete.
Y esquinado y bocabajo. Y de lado. Y tumbado.
Y en el baño, con la puerta entreabierta.
Te he esperado por partes.
Y hasta objetivamente.
te esperaba mi sangre y mis articulaciones.
Y todas mis fotos te esperaban.
Esperarte ya no es un estado, ni un capricho
Es el modo en el que se vivir.